El Mercado de El Guarda. (1)
Hoy, 9 de mayo del 2008, mi amigo Otto Juárez me ha dado una grata sorpresa, ha conseguido un boletin que cuenta historia de el mercado de El Guarda y que es un documento interesante que refleja la importancia de este barrio en la actividad comercial de la ciudad capital de Guatemala, Está perfectamente conservado en los recuerdos que guarda doña Gilda Girón Girón que es la persona que cuidadosamente a guardado este documento y a quien agradezco enormemente que ha dado su permiso para publicarse en este blog. A continuación transcribo literalmente el artículo, lo que haré en varias entregas porque es algo extenso y además, me limitaré a los parrafós que sean más descriptivos de los detalles del barrio en esa época. Este artículo fue publicado en la revista Gentes y Cosas, de diciembre de 1995, revista publicada por el Banco de Guatemala.
El Palomar de la 40
Crucigrama y laberinto; horizontales y verticales; covachas de lepa y de adobe de canto, láminas de tonel y latas de manteca; techos de cartón, almanaques gigantes tapando ojos fisgones; remolinos sin salida, callejuelas de tierra; telarañas con anteojos traseros, canutos de calcetines, camisetas ametralladas. En cada covacha, y como de la familia, por lo menos, un gato, un chucho y un loro; en el centro del gran laberinto, dos pilas con ruido de chorro eterno, lodazal arededor; se madruga para agarrar lavadero; entre luz de sol nuevo y estrellas atrasadas, a guacalazo limpio de agua fresca se mojan los camisones de baño las gentes que madrugan; siempre son mujeres con olor a barro fresco, como cuando a la tinaja nueva le echan el agua limpia.
El alegre casuchón
Amanece. Estrellas descarriadas que se desvelan de día; si no alcanzan a la noche, las va a fundir el sol. Traqueteo de carretas de mano con saturados canastos, redes de pita, cajas de madera sucia, llenas de tomate sarazo. Revolución de hormiguero de la cuarenta calle partiendo de Villa Lolita."
"A dos cuadras, atravesando la Bolívar-que para los abuelos sigue siendo la Calle Real del Guarda-, frente a la estación de Policía y donde termina la ciudad, está el mercado de El Guarda: casuchón gigante de palos viejos moldeados por estiletes de polillas hambrientas, palos y láminas, laminón y paredes de adobe, repellos mantecosos, sobijeadera de hombros y manos; paredes del mercado de El Guarda Viejo, gruesas por el tiempo y la mugre, que son verdes, grises, amarillas, de todos colores y olores."
Toda la gente de El Palomar tiene un puesto en el mercado; las marchantas ofrecen flores sanjuaneras; las regatonas locatarias, frutas y verdura fresca que acaparan de las camionetas que vienen de fuera; comprar barato para revender; puestos más grandes con pescado seco y salado, lazos, frijol, maíz y garbanzos, ojos de venado, imanes, jengibres y tierra del Señor traída de Esquipulas para proteger a los recién nacidos y que no les hagan el ojo, no vaya a ser que <<se salen y se tuerzan>> para toda su vida y crezcan con mal agüero."
"Alrededor del Casuchón-Mercado están las tiendas formales, con artículos de primera necesidad, aguas y cervezas, ricos heladitos, pan caliente mañana y tarde a 6 x 5, panela, cinchos de cuero, lazos, hamacas, petates, escobas; y se leen nombres como: <<Tienda El Carmen>>, <<Tienda el Sagrado Corazón de Jesús>>, <<Tienda María Auxiliadora>>, <<Tienda El Relicario>>,<<Tienda La Divina Providencia>>, <<Tienda Santa Marta>>..."
"EN EL MERCADO DE EL GUARDA
(Recuerdos de 1958)
por Miguel Ángel Escobar
El Palomar de la 40
Crucigrama y laberinto; horizontales y verticales; covachas de lepa y de adobe de canto, láminas de tonel y latas de manteca; techos de cartón, almanaques gigantes tapando ojos fisgones; remolinos sin salida, callejuelas de tierra; telarañas con anteojos traseros, canutos de calcetines, camisetas ametralladas. En cada covacha, y como de la familia, por lo menos, un gato, un chucho y un loro; en el centro del gran laberinto, dos pilas con ruido de chorro eterno, lodazal arededor; se madruga para agarrar lavadero; entre luz de sol nuevo y estrellas atrasadas, a guacalazo limpio de agua fresca se mojan los camisones de baño las gentes que madrugan; siempre son mujeres con olor a barro fresco, como cuando a la tinaja nueva le echan el agua limpia.
El alegre casuchón
Amanece. Estrellas descarriadas que se desvelan de día; si no alcanzan a la noche, las va a fundir el sol. Traqueteo de carretas de mano con saturados canastos, redes de pita, cajas de madera sucia, llenas de tomate sarazo. Revolución de hormiguero de la cuarenta calle partiendo de Villa Lolita."
"A dos cuadras, atravesando la Bolívar-que para los abuelos sigue siendo la Calle Real del Guarda-, frente a la estación de Policía y donde termina la ciudad, está el mercado de El Guarda: casuchón gigante de palos viejos moldeados por estiletes de polillas hambrientas, palos y láminas, laminón y paredes de adobe, repellos mantecosos, sobijeadera de hombros y manos; paredes del mercado de El Guarda Viejo, gruesas por el tiempo y la mugre, que son verdes, grises, amarillas, de todos colores y olores."
Toda la gente de El Palomar tiene un puesto en el mercado; las marchantas ofrecen flores sanjuaneras; las regatonas locatarias, frutas y verdura fresca que acaparan de las camionetas que vienen de fuera; comprar barato para revender; puestos más grandes con pescado seco y salado, lazos, frijol, maíz y garbanzos, ojos de venado, imanes, jengibres y tierra del Señor traída de Esquipulas para proteger a los recién nacidos y que no les hagan el ojo, no vaya a ser que <<se salen y se tuerzan>> para toda su vida y crezcan con mal agüero."
"Alrededor del Casuchón-Mercado están las tiendas formales, con artículos de primera necesidad, aguas y cervezas, ricos heladitos, pan caliente mañana y tarde a 6 x 5, panela, cinchos de cuero, lazos, hamacas, petates, escobas; y se leen nombres como: <<Tienda El Carmen>>, <<Tienda el Sagrado Corazón de Jesús>>, <<Tienda María Auxiliadora>>, <<Tienda El Relicario>>,<<Tienda La Divina Providencia>>, <<Tienda Santa Marta>>..."
Comentarios